Allá por el año 1594, entre los días 6 y 9 de septiembre, Miguel de Cervantes se encontraba por estas tierras como recaudador de impuestos. Parece ser que se cruzó con la comitiva del Cascamorras que volvia a Guadix sin haber conseguido su objetivo, dejándolo plasmado en su obra universal.
'Por mi fé de Caballero andante, repondió Don Quijote, que así como ví este carro, imaginé que alguna grande aventura se me ofrecía, y ahora digo que es menester tocar las apariencias con la mano para dar lugar a desengaño. Andad con Dios, buena gente, y haced vuestra fiesta, y mirad si mandais algo en que pueda seros de provecho, que lo haré con buen ànimo y buen talante, porque de muchacho fui aficionado a la crápula, y en mi mocedad se me iban los ojos tras la farándula.'