Enclavado paralelamente a la Verea de la Estrella y enfrentado a el Refugio de la Cucaracha pero a mas altitud se encuentra este bonito paraje. Recuerdo cuando fuí por primera vez, allá por el noventa y tantos. Por aquel entonces el enclave era igual de bello, el imponente y majestuoso Mulhacén que aún conservaba algo de nieve y la gran dama, la Alcazaba.
Los cortijillos que antaño estaban abandonados y prácticamente desmoronados, ahora están rehabilitados y puestos en valor como refugios de montaña en unas condiciones bastante buenas.
Una ruta no muy larga, de unos 12 km y lineal que no defrauda a la vista.
Se accede desde los lavaderos de serpentina verde o Cantera de San Juan. Una ascensión no muy exigente por un gran robledal nos marcará la altura máxima. Una vez desde aquí seguiremos la verea a media loma por el Barranco de San Juan hasta llegar a nuestro objetivo. La vuelta la hicimos siguiendo nuestros pasos. La recomiendo.