Durante la época comprendida entre 1885 y 1936, la Alpujarra vive el auge de la minería del mercurio, obteniendo su materia prima, el Cinabrio o sulfuro de mercurio ( HgS ) de los yacimientos situados en las localidades de Timar y Cástaras. Este mineral, de color violeta-rosáceo, de alta densidad e impregnado el la calcita del terreno tendrá una importante función en el desarrollo de estas localidades.
La forma de obtención consistía en calentar el mineral ( Cinabrio ), en un conducto situado a la salida del fuego, con lo cual el mineral se "tostaba" con exceso de aire. Este humo era conducido a través de unas cámaras donde se condensaba y enfriaba, hasta salir a una chimenea tras un recorrido de unos 100 metros; al reaccionar con el oxígeno del aire a alta temperatura se obtenía bióxido de azufre y vapor de mercurio, el cual al enfriarlo y por condesación se obtenía el preciado metal, el cual quedaba incrustado en la cúpula resbalando al suelo donde se depositaba para su recolección.
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| Chimenea. |
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| Cámara de condesación. |
En la localidad de Timar existieron dos minas, una en el Barranco de Nieles, propiedad de una compañía italiana y otra en el el lado de Cadiar, propiedad de la familia Rodriguez-Acosta.
Con la llegada de la Guerra Civil, esta fue abandonada ya que su ubicación paso a manos del Bando Republicano. Hoy en día, aún pueden apreciarse "gotitas" de mercurio adheridas a las paredes de los hornos, que junto con las ruinas de las minas, alguna lampara de aceite, palas y picos y herramientas de la época, son testigos y testimonios del pasado minero de la localidad.
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| Partes de la mina. |
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